8 may 2012

En invierno la caléndula, una maravilla para la piel


Siempre se remarcan los efectos del calor y del verano sobre la piel, arrugas, manchas de sol, quemaduras, tendiendo a creer que el frío suele ser más beneficioso para nuestro cutis. Pero, amigas y amigos, el invierno también tiene lo suyo.
El efecto que causa el frío sobre la piel es vasoconstrictor, es decir, los capilares se contraen dificultando la irrigación sanguínea. Como consecuencia, hay menos oxígeno y nutrientes para las células, retardando su recambio y acumulándose las células muertas, lo que no da un buen aspecto a nuestro cutis, tornándolo opaco y pálido. 
La piel se vuelve tirante, y la secreción sebácea no llega adecuadamente a la superficie para lubricar y nutrir la epidermis, dejando la piel seca, deshidratada y sensible.
Por todo esto los cosméticos a base de caléndula estarían muy indicados debido a sus propiedades dermoprotectoras. Nos ayudarían a contrarrestar los efectos nocivos que el clima invernal causa a nuestra piel.

CALÉNDULA O MARAVILLA

La caléndula, conocida también con el nombre de Maravilla, es una planta mediterránea que crece en climas templados, aunque es resistente a heladas y sequías.
Cultivada en Europa desde el siglo XII, es poco exigente con los suelos, lo que la hace apta para superficies arcillosas y cualquier tipo de terreno. Se cultiva de forma anual, llegando a medir entre 40 y 50 cms. de altura y sus flores son de un amarillo naranja y muy aromáticas. De la floración, que dura casi todo el año, proviene su nombre, ya que “caléndula” deriva del latín calendulae que significa “a lo largo de los meses”. Por su poder antiinflamatorio, la caléndula es el corticoide más poderoso de la naturaleza y esto se debe a la alta presencia de flavonoides. Está especialmente indicada en uso interno, en las alteraciones inflamatorias de las mucosas bucofaríngeas, y en uso externo para heridas de difícil cicatrización: úlceras e infecciones de la piel, eritema del pañal, contusiones, forúnculos, dermatitis, picaduras de insectos y pie de atleta.
En la medicina popular, la caléndula es considerada un antídoto para casi todo. Utilizada como antibacteriana, fungicida y antiespasmódica, también es usada como emmenagoga, regulador de la menstruación y calmante de los dolores que ella acarrea.
Estimula la actividad del hígado porque facilita la secreción biliar, por eso es un gran colerético. Ayuda a la desaparición de verrugas víricas de la piel, debido a su contenido en ácido acetilsalicílico.
Muy apreciada en el ámbito de la cosmética, la caléndula se utiliza en cremas hidratantes y en leches solares pre y post exposición. Debido a su alta concentración de saponinas, las gomas y los mucílagos le otorgan un gran poder humectante.
Contraindicaciones: No debe usarse si hay hipersensibilidad o alergia a la caléndula. Durante el embarazo y lactancia ya que se desconocen sus efectos. Tampoco usar en irritaciones abiertas de piel y ojos.

 ELABORACIÓN DE COSMÉTICA EN CASA

Si tenemos la posibilidad de hacernos con una buena cantidad de caléndula, la podemos utilizar como base para diferentes preparados: infusiones, tinturas, cremas y ceratos. Y de acuerdo a la forma que le demos nos servirá para la lozanía de nuestro rostro o para el tratamiento de inflamaciones de la piel, las mucosas, heridas o procesos de cicatrización.

Loción limpiadora

100 ml de infusión de flores de caléndula
  25 grs. glicerina bidestilada (líquida)
   5 gotas de aceite esencial de bergamota
   5 gotas de aceite esencial de espliego

Preparamos una infusión con las flores de caléndula. Colocamos una cucharada de pétalos en un recipiente de cristal, agregamos el agua hirviendo, tapamos y dejamos reposar 5 minutos. Dejamos enfriar.
Mezclamos la infusión de caléndula con la glicerina, después disolvemos miel en una cucharadita de café, con las 10 gotas de los aceites esenciales. Lo mezclaremos y guardaremos la mezcla en un recipiente de vidrio de color opaco para que los aceites no se dañen.
Nos aplicamos está loción antes de usar nuestra crema habitual o luego de desmaquillarnos, al irnos a dormir.

Crema facial

75 grs. de hidrolato de azahar (en cutis secos) o hidrolato de rosas (en cutis grasos)
10 grs. de aceite de caléndula
10 grs. de aceite de germen de trigo
  5 grs. cera lanatte pulcra
  4 gotas aceite esencial manzanilla romana
 3 gotas aceite esencial de petit grain
 3 gotas aceite esencial de palmarrosa

En cazo A, coloca los ingredientes sólidos (cera lanette pulcra, aceites). Ponlos a fuego lento hasta que se hayan derretido. Temperatura de trabajo 40/50 º C. En un cazo, al que llamaremos B, vierte el hidrolato de acuerdo a tu tipo de piel. Calentar a la temperatura de trabajo 40/50 º C.
Vierte el cazo A en el cazo B y mezcla removiendo bien. Se puede utilizar batidora eléctrica si es mucha cantidad. Añade los aceites esenciales y mezcla nuevamente. Pon la crema en un tarro de cristal antes de que se enfríe. Pega una etiqueta con el nombre de la crema, ingredientes y fecha.
Si para la crema facial deseas utilizar un aceite de caléndula macerado por ti, sigue estos pasos: Se ponen las flores secas en aceite vegetal primera prensión en frío (almendras, girasol). No utilices aceite de oliva, ya que si bien sus propiedades son únicas, su aroma es muy fuerte y mata cualquier otra fragancia. Tu crema olería a oliva y para el día a día no resultaría agradable. Pon 1 parte de planta por 2 de aceite, la colocas en un lugar oscuro y seco por 21 días. Después cuelas el aceite sobre una gasa, se tira la caléndula y se repite el procedimiento con el mismo aceite y con más caléndula seca.

Prueba a elaborar tus propios cosméticos. Verás que es fácil, entretenido y sobre todo proteges tu salud, evitando aditivos químicos sintéticos y artificiales.

Gladys Gómez Flores
Terapeuta de Reiki – Quiromasajista – Esteticista – Linfoterapeuta -

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