Un gel es un preparado cosmético semilíquido, viscoso
puede ser translúcido o no. Tecnicamente llamadas suspensiones coloidales. Una suspensión
coloidal es una mezcla natural o artificial de una sustancia acuosa o agua
misma con proteínas o polisacáridos. Un ejemplo natural en plantas, es el Aloe vera.
En la cosmética convencional la mayoría de geles bases se
elaboran con derivados del petróleo: Carbopolimeros (Carbopol), parafinas,
estearinas, etc., además de conservantes llamados parabenes.
En cosmética natural los geles se elaboran con coloides
vegetales, derivados de la celulosa o polisacáridos naturales; en este caso
usaremos goma xàntica.
El té es la segunda bebida más consumida del mundo (sólo
es superada por el agua), y es utilizada por la medicina china hace más de
2.500 años para aliviar los dolores de cabeza, curar la disentería, la tos, la
gastroenteritis o prolongar la juventud.
En la actualidad esta bebida, en cualquiera de sus
variedades (verde, negro, rojo, blanco) está presente en la cosmética de última
generación.Hidratantes, exfoliantes, limpiadoras faciales, desodorantes,
esencias de aromaterapia, ninguna prescinde de sus mágicos poderes.
Breve
reseña histórica
Cuenta una leyenda china que un erudito emperador, Shen
Nung, descubrió las propiedades beneficiosas del té. Bajo su reinado dispuso la
norma higienista de que toda el agua destinada para el consumo humano fuese
previamente hervida. Se cuenta que en el año 2737 a.C. Shen Nung estaba
descansando junto a un árbol de té silvestre, y una suave brisa agitó las
ramas, con tan buena fortuna que algunas hojas fueron a caer en el agua que
estaba hirviendo. La infusión resultante le pareció deliciosamente refrescante
y reconstituyente, y así fue como descubrió el té.
Otra evidencia de los beneficios del té verde la
encontramos en un escrito del siglo III a.C., donde un famoso cirujano chino le
escribe a su sobrino pidiendo que le enviara autentico té, con el fin de
aumentar su capacidad de concentración, ya que se sentía falto de energía
producto de su avanzada edad.
Hasta el siglo III d.C., la infusión se preparaba como medicina
o tónico con hojas verdes tiernas de árboles silvestres. Para ajustar la oferta
a una demanda creciente y garantizar una cosecha regular, los granjeros
empezaron a cultivar arbustos de té en sus pequeñas propiedades, por lo que se
fue desarrollando un sistema de desecación y fabricación.
La popularidad del té se extendió por toda China, hasta
llegar a su “edad de oro” durante la dinastía Tang (618-906 d.C.). El té ya no
era sólo un tónico medicinal, sino que se bebía tanto por sus propiedades reconstituyentes
como por placer.
El impacto que el té ha tenido en la historia y la
cultura del pueblo chino es enorme. Fue objeto de trueque entre chinos y
turcos. Influenció en el desarrollo de una de las más importantes industrias
tradicionales chinas: la porcelana. Vehículo de espiritualidad para la
filosofía Zen, así como del taoísmo, que hicieron de la forma de preparar el té
una ceremonia poética. Precisamente, fueron monjes del budismo Zen los que lo
introducen en Japón.
El consumo del té se popularizó en Europa a través del
comercio. Fue en el siglo XVI, por la reducción de los precios del transporte
marítimo, que el té fue conquistando prácticamente todos los países. Sin
embargo, en muchos de ellos fue una moda pasajera. Alemania, por ejemplo, volvió
rápidamente a su bebida tradicional: la cerveza. Francia, España y Portugal
regresaron al café y al vino. No obstante, en Inglaterra, Irlanda y Rusia
ocurrieron de un modo muy distinto, ya que el té llegó para quedarse.
Beneficios
en cosmética
Casi imprescindible en la cosmética actual, el té verde
es el menos procesado, conservando así la mayoría de sus propiedades naturales,
un alto nivel de vitamina A, B2, C y principalmente E. Es un maravillosos
antioxidante para la piel, que lo convierte en el ingrediente activo ideal para
los tratamientos anti-envejecimiento y purificadores.
Los polifenoles presentes en el té verde actúan
previniendo la formación de radicales libres a nivel celular, es decir,
interrumpen la reacción en cadena producida y reparan los daños que puedan
causar. Esta propiedad lo convierte en una sustancia preventiva de primer orden
contra el envejecimiento de la piel.
Debido a sus dos principales funciones -antirradicales y
lipolítica-, por sus conocidos beneficios para la salud, por ser un ingrediente
totalmente natural y gracias a su demostrada efectividad hemos elegido para preparar cuatro fórmulas faciales con
cada uno de las variantes de tè màs conocidas (blanco, verde, rojo y negro).
Gel
reafirmante para pieles maduras
Se aconseja utilizarlo por la mañana y la noche,
reforzando las zonas donde se encuentren las arrugas o donde necesitemos
reafirmar la piel. Luego podemos utilizar nuestra crema habitual.
Ingredientes
90 grs. infusión de té blanco
6 grs. de glicerina líquida vegetal
2 grs. goma xàntica
1 gr. de bòrax
35 gotas de extracto de té blanco
25 gotas de extracto de salvia esclarea
15 gotas de extracto de cola de caballo
Gel
equilibrante para pieles grasas
Se aconseja utilizarlo en verano en reemplazo de la crema
diaria para equilibrar la secreciòn sebácea, que suele aumentar en tiempos de
calor. En invierno lo puedes incorporar a tu emulsiòn de uso diario y asì
transformarla en un cremigel casero.
Ingredientes
90 grs. infusión de té verde
6 grs. de glicerina líquida vegetal
2 grs. goma xàntica
1 gr. de bòrax
35 gotas de extracto de té verde
25 gotas de extracto de lavanda
15 gotas de extracto de menta
Gel
descongestivo para pieles sensibles
Se aconseja utilizarlo al final del día, luego de la
ducha, y a modo de refrescante. Luego antes de acostarte usa tu crema habitual.
Ingredientes
90 grs. infusión de té rojo
6 grs. de glicerina líquida vegetal
2 grs. goma xàntica
1 gr. de bòrax
35 gotas de extracto de té rojo
25 gotas de extracto de manzanilla
15 gotas de extracto de ginkgo biloba
Gel
tonificante para pieles asfixiadas
Se aconseja utilizarlo luego de la limpieza facial
habitual. Una vez la piel lo haya asimilado, usa tu emulsiòn diaria.
Ingredientes
90 grs. infusión de té negro
6 grs. de glicerina líquida vegetal
2 grs. goma xàntica
1 gr. de bòrax
35 gotas de extracto de llantèn
25 gotas de extracto de té negro
15 gotas de extracto de castaño de indìas
¿Còmo
elaboramos estos geles?
En un bol de cristal o acero inoxidable mezclamos la goma
xàntica con la glicerina hasta su total unión. Luego se la agregamos a los 90
grs de infusión del tè elegido; en la que previamente hemos disuelto el bòrax.
Una vez la infusión tenga forma de gel, le agregamos los extractos y removemos
pausadamente para lograr su incorporación. Envasamos en frasco de vidrio y la
guardamos en el refrigerador. Su conservaciòn en estàs condiciones es de
aproximadamente 3 meses.
Ten presente todas las variantes del té cuando tengas que
elaborar tus propios cosméticos. Y recuerda lo decía Bernard Paul Heroux: “No
existe problema tan grave o tan grande que no lo reduzca una buena taza de té”.
Gladys
Gómez Flores, naturòpata especializada en cosmètica
natural
BIBLIOGRAFÍA: El
libro del té, Kakuzo Okakura, Editorial: MARTÍNEZ ROCA, año 1999.
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