22 jun 2010

Gua sha: rascar arena patógena

La terapia Gua sha es una técnica curativa, natural de la medicina tradicional china, que trata dolencias mediante un masaje con un bao yu. Este instrumento puede ser de varios materiales, incluso de varias formas: cuerno de búfalo, jade o porcelana. También podemos adaptar algún elemento que tengamos a mano, por ejemplo una moneda metálica, madera de sándalo o conchas en forma de mejillón.

Está basada en el concepto de los meridianos energéticos, de la medicina tradicional china, donde cualquier bloqueo de los mismos representa lo que en occidente llamamos enfermedad. Así, esta técnica se cimenta en la estimulación de las zonas reflejas, por la acción directa de un raspado superficial sobre la piel, que agranda los poros y produce vascularización zonal, trayendo así a la superficie las toxinas acumuladas, respetando la dirección de los meridianos y canales energéticos. Esta acción estimula la oxigenación de los tejidos, favoreciendo su nutrición por circulación, activando el metabolismo basal, llevando al equilibrio por disolución del estancamiento tóxico, del desorden o del bloqueo patógeno.

La técnica es muy simple: se aplica sobre la piel con un aceite o crema para suavizar la zona a tratar, y un elemento de borde liso. Muy común es la utilización de una cuchara de porcelana, así como una moneda ó un “cuerno de buey”. Se aplica a 45º con respecto al eje de la piel y en un solo sentido, respetando la dirección de los meridianos. Las partes del cuerpo a tratar son específicas, en particular la zona de la columna vertebral y cuello, así como la cara interna de los brazos y piernas. El efecto del raspado se evalúa en función del color que adopte la piel durante el tratamiento, llegando a tomar un color muy oscuro cuando la toxemia es realmente importante. Las sesiones duran entre 30 y 40 minutos, y la siguiente se realizará cuando haya desaparecido el eritema, generalmente de 4 a 10 días.

Las dolencias tratadas son varias, entre las cuales las más destacadas son los dolores en general (cefaleas, tensiones y dolores musculares), enfermedades degenerativas (artrosis, reumatismo), metabolismo (circulación sanguínea y linfática), insomnio, insolaciones, agotamiento o fatiga de cualquier índole.

Los bebés también se pueden beneficiar de la gua sha, ya que utilizada a modo de caricias les relaja y les ayuda a dormir.

Aplicada en estética, para tratar arrugas, envejecimiento, color y nutrición de la piel.
Después del tratamiento de la Gua sha es fundamental beber agua o infusiones para activar el metabolismo y eliminar las sustancias de desecho. Las comidas no deberán ser copiosas y no ducharse hasta el día siguiente.

La Gua sha es un tratamiento de la medicina tradicional china, simple, efectivo, ágil y fácil. Sin efectos adversos tóxicos y sin medicamentos costosos. No dudes en probarla.


Gladys Gómez Flores
Terapeuta de Reiki - Quiromasajista - Fisioesteticista - Linfoterapeuta



12 jun 2010

Aromaterapia: el aceite esencial de lavanda

Lavanda: (Lavandula angustifolia officinalis vera)

La lavanda es originaria de la región del Mediterráneo. A través de la historia ha sido utilizada con fines cosméticos y medicinales. Debido a las bondades de esta planta es cultiva hoy, en todo el mundo.

Puede decirse que la aromaterapia moderna se originado con la lavanda. Cuando René Maurice Gattefossé, químico francés, estaba trabajando en la creación de un perfume y al explotar el laboratorio se quemo la mano. Buscando enfriar la zona, sumergió la mano en un frasco de aceite esencial de lavanda, al ver que el alivio inmediato y a que posteriormente no le quedaban marcas, decidió volcarse al estudio de las propiedades de los aceites esenciales, lo que dio origen a la Aromaterapia que hoy conocemos como moderna.

La lavanda inglesa (Lavandula angustifolia, officinalis, vera) es la especie más comúnmente utilizada, sin embargo, se utilizan otras especies como: Lavandula Latifolia (Espliego), L. burnamii, L. dentate, L. dhofarensis , y L. stoechas.
El aceite esencial de Lavanda es obtenido por medio de la destilación de las flores de las plantas que crecen silvestres a grandes altitudes.

Es el más recomendable para adquirir cuando nunca se ha usado ningún otro aceite esencial ya que tiene un agradable aroma, muchas propiedades y es seguro.
A diferencia de la mayoría de los aceites esenciales puede utilizarse en forma directa sin diluir pero recordando que solo unas gotas son suficientes.

Propiedades terapéuticas y usos:

* Sistema Digestivo: estimula la digestión, incrementa el movimiento intestinal, utilizado también para tratar dispepsia, flatulencia, cólicos, nausea y diarrea.
* Sistema Genito-urinario: diurético, restaura el balance hormonal, alivia calambres. Utilizado para tratar infecciones, leucorrea y cistitis. Se ha comprobado en mujeres, que la lavanda en el agua del baño ha aliviado el dolor posparto del perineo (área entre la vagina y el ano).
* Sistema Circulatorio: ayuda a bajar la tensión arterial, mejora la hipertensión.
* Músculos: articulaciones reduce la tensión muscular, alivia el dolor, reumatismo, lumbago y lastimaduras en los ligamentos.
* Alopecia (pérdida del cabello): ensayos de pequeña escala, los pacientes que masajean su cuero cabelludo diariamente con aceites esenciales (tomillo, romero, lavanda y cedro) mostraron mayor mejoría que el grupo de control.
* Sistema respiratorio: antiséptico, antiespasmódico. Usado para tratar infecciones, gripe, bronquitis, tos, asma, congestión nasal y laringitis.
* Dolor de oídos: se ha demostrado que el dolor de oído entró en remisión espontánea y desaparecía al cabo de unos días sin la necesidad de antibióticos, al utilizarse gotas de lavanda, vitamina E y flores de caléndula maceradas en aceite de oliva, como calmante.
* Piel: antiséptico, controla la producción de grasa y estimula la circulación. Ayuda a sanar ampollas y a rejuvenecer la piel, usado también para tratar acne, heridas, quemaduras, inflamación, soriasis y arrugas.
* Emociones: calmante, refrescante y relajante, usado para tratar depresión, dolor de cabeza, insomnio, fatiga nerviosa. Por sus propiedades sedantes, se usa durante períodos de receso cuando hay acumulación de fatiga laboral. Mejora el humor.

ADVERTENCIA: A la hora de comprar el aceite esencial de lavanda revisar bien el nombre científico, ya que muchas veces confunden el lavandín con la lavanda.
El lavandín (Lavandula hybrida), es un híbrido natural entre la lavanda verdadera (Lavandula angustifolia officinalis vera) y el espliego (Lavandula latifolia Vill.). De tallos ramificados que alcanza un metro de altura, de mayor desarrollo que las demás especies de "lavandas". Presenta caracteres de ambos progenitores, a veces con tendencia hacia la lavanda verdadera y otras hacia el espliego.
Los principales usos y propiedades del lavandín, son similares a los de la lavanda.
Propiedades antiespasmódicas, antisépticas, diuréticas, cicatrizantes y analgésicas.
Las flores desecadas y en pequeñas bolsitas se acostumbra colocarlas en el interior de los muebles para perfumar la ropa y preservarlas de las polillas, también dentro de almohadas.

Gladys Gómez Flores

Terapeuta de Reiki - Quiromasajista - Fisioesteticista - Linfoterapeuta

6 jun 2010

Aromaterapia: Aceites esenciales, administración y uso

Los métodos de aplicación pueden ser muy variados: masajes, compresas, inhalaciones, ambientadores, baños, cremas, etc. Según el medio de aplicación y la vía de administración podemos hacer la siguiente clasificación:

a) Inhalaciones.
b) Aplicaciones vía tópica.

Las inhalaciones son tratamientos que fragmentan el agua en minúsculas partículas. Con esta acción las moléculas de los aceites esenciales, al ser respiradas, son captadas por las mucosas presentes en la nariz y transportadas por las células nerviosas al cerebro, donde ejercen un efecto directo sobre la mente, emociones y cuerpo.

¿Cómo debemos hacer una correcta inhalación?

Llevar el agua al punto de ebullición y retirar del fuego. Disolver en alcohol, miel, terrón de azúcar, leche en polvo o arcilla los aceites esenciales elegidos, de acuerdo a la afección a tratar. Por cada litro de agua usar de 30 a 40 gotas de aceites esenciales. Colocarse a 15 cm del agua, cubriendo la cabeza con una toalla o tela, para evitar la dispersión del vapor. Mantener los ojos cerrados. No permanecer más de 7 minutos inhalando.
Ejemplo de tratamientos:
Bergamota + geranio: a parte iguales para abrir los poros.
Eucaliptus glóbulus: pecho y vías respiratorias bajas.
Eucaliptus radiata: afecciones de vías respiratorias altas (ORL)
Abeto de Siberia: poros dilatados.
Menta peperita: sinusitis, dolor de cabeza, dolor de garganta.


También podemos inhalar aceites esenciales sin utilizar el agua como medio. Se colocan en un pañuelo o gasa una o dos gotas (nunca más de 4), pudiéndose usar inmediatamente.

En el caso de la difusión, a través de humidificadores, difusores o equipos de ozono, ésta debe ser lenta y continuada, a la vez que suficiente, porque hay que adaptarla al volumen de la sala. Es ideal para limpiar el ambiente de bacterias, virus, luego de una enfermedad o en los cambios de estación, por ejemplo de verano a otoño. Tres difusiones cada ocho horas suelen ser suficientes para obtener un aire sano.
En los difusores tradicionales (los del platito y la vela debajo): coloque no más de 5 gotas de aceite esencial, previamente disueltas en alcohol, azúcar, leche en polvo, miel o arcilla. Esto es importantísimo para evitar que las gotas queden flotando en la superficie del agua, ya que los aceites esenciales no son solubles en ella, y para que luego no se quemen cuando el agua se evapore. Si ésto último sucediera, no lograríamos el efecto terapéutico que buscamos.
En velas aromáticas: cuando la vela (son fantásticas las de cera de abejas) lleva un tiempo encendida y tenga un círculo líquido alrededor de la llama, coloque un par de gotas de aceites esenciales. Aquí no es necesario disolverlo previamente, ya que la cera de la vela es un magnifico diluyente.
Brisas o sprays: colocamos agua en una botella con atomizador, a la que añadimos una mezcla de alcohol y aceites esenciales. Este método es perfecto para hacer hincapié en puntos específicos, por ejemplo rincones o placares. Por cada 200 ml de agua usar 20 gotas de aceite esencial.
Saunas: excelente para limpiar y desintoxicar el organismo, ya que los aceites penetran por inhalación y se excretan por transpiración. Se recomienda para este fin eucaliptos, árbol del te, pino, lavandas. Nunca más de 12 gotas de aceites esenciales.
Humidifícadores y difusores de ozono: usados generalmente en estética, aportan humectación a la piel y favorecen la apertura de los poros para la extracción de comedones e impurezas. La virtud de estos equipos se potencia con el agregado de aceites esenciales, a la vez que los aromas generan un ambiente agradable en la cabina.

La aplicación vía tópica

A través de la piel las moléculas de los aceites esenciales son absorbidas, accediendo por medio de los capilares al torrente sanguíneo, para llevar sus efectos a todo el organismo. Así, estimulan la regeneración celular de los tejidos, ayudando a la salud de la piel eliminando gérmenes, bacterias y virus

Cremas, bálsamos, aceites: no sólo se usan con fines cosméticos, sino para facilitar que las propiedades de los aceites esenciales lleguen al torrente sanguíneo. Agregar aceites esenciales a estos productos potencia y complementa la acción de los mencionados productos.
Emplastos, cataplasma, ceratos: mezcla de hierbas, grasa o ceras, a las que se puede adicionar aceites esenciales.
Compresas: gasa humedecida e impregnada en sustancias a aplicar y colocar sobre la piel.

¿Cómo saber cuánto aceite esencial añadir?

Para uso corporal: a la cantidad de aceite, bálsamo o crema se la divide en 2. Ejemplo: a 50 ml se le agregan 25 gotas de aceite esencial.
Para facial y pechos: se le agrega el 10% del producto vehiculizante. Ejemplo: a 50 ml. se le agregan 5 gotas de aceite esencial.

Baños: si queremos aprovechar las virtudes de los aceites esenciales en la bañera debemos tener en cuenta que los aceites que echemos se absorberán al 100%. De ahí que no se debe exceder de las 12 gotas para una bañera llena. Siempre previamente disueltos en leche en polvo, leche entera, vodka, arcilla, raíz de kuzu, miel o azúcar, para evitar que queden flotando sobre el agua y pudieran provocar irritaciones en las mucosas. Además, remueva bien el agua.

Precauciones de uso

En aromaterapia una gota NO es una gota, sino una gran cantidad de material botánico. Si se le ha recomendado una gota, use una gota y no dos.
No utilice aceites minerales, como el aceite para bebés, puesto que los aceites minerales no penetran en la piel, es decir que quedarán en la superficie, además de que inhiben la acción de los aceites esenciales.
Usar los aceites esenciales siempre diluidos en las proporciones arriba indicadas.
No aplicar estos aceites en estado puro; son irritantes y dermo-cáusticos (pueden producir quemaduras). Los únicos aceites que se pueden usar puros son las lavandas.

Gladys Gómez Flores
Terapeuta de Reiki - quiromasajista - fisioesteticista- linfoterapeuta

Bibliografía: “El arte de la aromaterapia” Robert Tisserand. Editorial Paidós 2007

31 may 2010

Aromaterapia: aceites esenciales, el olfato y la piel.

La aromaterapia, que se fundamenta en el uso de los aceites esenciales, no sólo se limita al sentido del olfato. Un órgano como la piel brinda a la aromaterapia la posibilidad de potenciar y complementar los beneficios de los aceites vegetales con unas pocas gotas de aceites esenciales, formando una maravillosa sinergia.

El olfato

Un aroma puede producir múltiples reacciones. El olfato puede alterar el ritmo cardiaco o respiratorio, el sistema nervioso, circulatorio y hasta el funcionamiento de las glándulas endocrinas.
Una simple inhalación de aceites esenciales puede disparar cambios en el sistema límbico, estimulando -vía sistema nervioso (el hipotálamo se conecta con la pituitaria)- funciones del cuerpo. Es a través de éstas glándulas que el olfato alcanza tanto al sistema hormonal como al inmunológico, beneficiándolos increíblemente.
Es así que las moléculas que componen el aroma hacen penetrar su información en las funciones del cuerpo que no pueden ser controladas por la voluntad o el raciocinio. Por ejemplo, el apetito, excitación sexual, temperatura corporal, digestión, ritmo cardiaco, memoria.
En aromaterapia, los aceites esenciales nos aportan las cualidades de sus componentes moleculares, tanto en el plano físico, mental y emocional.
Los olores nos pueden remitir a la infancia, juventud, momentos placenteros o nos pueden generar náuseas, vómitos, dolor de cabeza.
Esto mismo sucede con los aceites esenciales que componen un perfume: nos pueden fascinar, en tanto que otros nos son indiferentes o repulsivos. Y esto es así porque cada aceite esencial posee carácter propio: masculino-femenino, frío-calor, dulce-amargo, ácido-alcalino. Son algunos de los opuestos complementarios los que hacen de un aceite esencial una combinación única. Entonces, mediante nuestra preferencia aromática, estamos reforzando o completando, de forma intuitiva, los aspectos que tenemos debilitados.

La piel

La piel funciona como una barrera entre el cuerpo físico y el medio ambiente. Es el órgano más extenso y representa el 16% del peso corporal. Está compuesta por 3 capas: la epidermis o capa exterior, la dermis y la hipodermis o subcutánea.
Sus funciones son de protección de los agentes externos, recepcionando las sensaciones y regulando la temperatura corporal.
La facilidad de absorción de sustancias a través de la piel permite que los aceites esenciales penetren directamente en el organismo, alcanzando la circulación sanguínea y linfática, las células, los tejidos, los órganos, los aparatos y los sistemas.
La aromaterapia tiene en la piel a su gran aliada; los aceites esenciales penetran por los poros, capilares y folículos pilosos, facilitando su acción terapéutica. No se acumulan en el cuerpo y son fácilmente metabolizados y excretados por orina, heces y sudor.

Los métodos de aplicación de los aceites esenciales pueden ser muy variados: a través de masajes, reiki, compresas, inhalaciones, ambientadores, baños, cremas. Tanto en la administración como en la aplicación tendremos que usar como vía de penetración al olfato y la piel.



Gladys Gómez Flores

Terapeuta de Reiki – Quiromasajista – Fisoesticista- Linfoterapeuta

26 may 2010

Aromaterapia: Los aceites esenciales


Se llama aromaterapia a la utilización de productos, en este caso aceites esenciales, que por su volatilidad presentan un aroma característico, con una finalidad terapéutica específica. Deben ser de origen biológico y natural, nunca aromas sintéticos.

Los aceites esenciales

Los aceites esenciales son productos químicos que forman las esencias odoríficas de un gran número de vegetales. Proceden de las flores, frutos, hojas, raíces, semillas y corteza de los vegetales. Son líquidos, volátiles, en su mayoría insolubles en agua, pero fácilmente solubles en alcohol, éter, aceites vegetales y minerales. Por lo general no son oleosos al tacto.
Es en Francia donde René Maurice Gattefossé desarrolla un estudio de los aceites esenciales. Este químico francés estaba trabajando en la creación de un perfume, cuando al explotar el laboratorio se quemó la mano. Buscando enfriar la zona, sumergió la mano en un frasco de aceite esencial de lavanda. Al ver que el alivio era inmediato y que posteriormente no le quedaban marcas, decidió volcarse al estudio de las propiedades de los aceites esenciales, lo que dio origen a la Aromaterapia moderna.

Métodos de extracción

Para conservar intactas las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales, los métodos de extracción utilizados son de suma importancia. Se extraen de diferente manera, dependiendo de la planta.
Destilación: se utiliza un alambique que se expone al calor; el vapor que genera desprende las gotas de aceite de la planta. La mezcla de aceite y vapor se condensa a través de un serpentín, siendo recolectado en un vas florentino. El aceite flota en el agua y al separarse da dos productos: el aceite esencial y el agua vegetal (hidrolato)
Prensado en frío: utilizado para extraer los aceites de los cítricos, se prensa la cáscara de la fruta, separando el aceite del agua mediante centrifugado.
Co-destilaciones preciadas: aquí se agrupan dos plantas, que no pueden ser destiladas por sí mismas (algas, ortiga, luminaria, etc.) ó conjuntando sus propiedades. Uno muy preciado es el de rosa damascena con el de sándalo.
Extracción de absolutos: Hay flores como el jazmín, mimosa, tuberosa, que no pueden destilarse por calor, ya que se oxidarían perdiendo totalmente sus propiedades. Es así que para estas plantas se utilizan disolventes como el hexano y el alcohol para extraer el aceite que poseen. Los absolutos son muy potentes, siendo 2 o 3 gotas suficientes para aromatizar 50 ml. de aceite base.

El quimiotipo

Es la clasificación química, biológica y botánica de una misma especie que, sometida a diferentes condiciones de crecimiento (días de sol, clima, composición del suelo, altitud), puede secretar esencias muy diferentes desde el punto de vista bioquímico. De estas variaciones de composición bioquímicas de los aceites esenciales surge la noción de quimiotipo.
Dos quimiotipos del mismo aceite esencial presentan no solamente propiedades terapéuticas diferentes, sino también índices de toxicidad muy variables. La salvia por ejemplo:
La salvia Officinallis, es un emenagogo (regulador menstrual), y debe usarse antes o después de la menstruación, nunca durante. Ni tampoco de forma prolongada, ya que es fuertemente neurotóxica.
La salvia Esclarea o romana, usada en estética para pieles desvitalizadas, no es tóxica, por lo tanto se puede usar habitualmente.
Por este motivo es realmente importante conocer el nombre completo y quimiotipo del aceite esencial que vamos a utilizar.

Como reconocer la calidad de un aceite esencial

El etiquetado de una botella de aceite esencial de calidad debe contener información explícita de su contenido:

Nombre botánico de la planta: Identifica la variedad botánica de la planta de la que se ha extraído el aceite esencial.
Órgano secretor: Determina de qué parte de la planta se ha extraído el aceite esencial. Las propiedades pueden variar dependiendo de su procedencia (hojas, fruto, piel, flores, tallo).
Tipo bioquímico: Indica los componentes bioquímicos principales o distintos que constituyen el aceite esencial.
Modo de cultivo: las plantas que se destilan pueden proceder de cultivos biológicos, de recolección silvestre o de cultivos convencionales. El cultivo determina la calidad del producto final y guía su elección.
Embotellado: los aceites esenciales son fotosensibles, es decir que se estropean con la luz. Por ello los frascos deben ser de cristal y oscuros, para garantizar la calidad óptima.

19 oct 2008

El Reiki, energía y complementariedad

Quienes practicamos el Reiki nos vemos, casi a diario, en la situación de explicar en qué consiste esta terapia. Y debemos hacerlo con un lenguaje llano, sin apelar a conceptos enmarañados ni a frases estridentes.
Este desafío me ha llevado a intentar una aproximación, a través de un sencillo ejemplo, que puede ser ilustrativo de la técnica que se utiliza para su aplicación. Imagine usted –suelo decir a quienes se acercan a mi consulta- que tiene un corte de luz en su casa. Lo primero que hará alguien que entienda de electricidad será encontrar en qué lugar del circuito se ha producido una interrupción, para proceder a reconectarlo y que el fluido eléctrico vuela a circular, para que vuelva a tener luz en su casa.
De eso, y apelando a una manera muy coloquial de explicarlo, se trata el Reiki. De recomponer el circuito energético de una persona, que por algún motivo se ha interrumpido o se ha desequilibrado, produciendo al paciente dolores, enfermedades o situaciones de tensión o estrés.
El Reiki equilibra todas las energías corporales, y libera la energía bloqueada en todo el cuerpo, promoviendo un estado de relajamiento total, paz interior y limpiando el cuerpo de toxinas.
La forma de hacerlo es a través de la imposición de manos en puntos estratégicos del cuerpo, denominados chakras. Las manos sirven de transmisoras de esa energía que se ha interrumpido, para recomponer el circuito del cuerpo, logrando una armonía y una estabilidad física y emocional. De la misma manera que un puente recompone el tránsito entre dos puntos de la carretera, o un artilugio posibilita que la energía eléctrica vuelva a circular.
Si un paciente sufre de dolores en la zona de su garganta, o de su cuello, las manos del reikista transmitirán la energía a esa zona, liberando al paciente de su dolencia por medio del re-equilibrio de su circuito energético.
Es necesario, desde mi punto de vista, alejar la creencia de que el Reiki está asociado a un proceso mágico, a una fuerza superior que nos libra de las dolencias y nos cura de las enfermedades. Nada de eso. El Reiki es una terapia, que tiene una técnica determinada, y que nada tiene que ver con lo místico o lo sobrenatural. Es algo concreto, perfectamente explicable desde lo técnico y lo físico.
El Reiki (de Rei, universal y Ki, energía vital) puede tener una aplicación específica –para dolencias puntuales- o general.
De acuerdo con mi experiencia, podríamos considerar que la energía que utiliza el Reiki es comparable con las agujas del acupunturista, que estimula ciertos puntos nerviosos del cuerpo utilizando microscópicas agujas. O a la presión de los dedos de quien practica el shiatsu, que busca la liberación de endorfinas para aliviar una patología puntual. Todas con el objetivo de lograr el bienestar en todos los niveles: físico, mental y emocional.
El Reiki, además, es perfectamente compatible con cualquier tratamiento médico de tipo convencional, actuando como complemento y no como sustitución del mismo. Por estas características, esta terapia es reconocida por la Organización Mundial de la Salud.
Por otra parte, se puede combinar con otras técnicas alternativas, como la acupuntura, el shiatsu o la reflexología.
Aunque, para ser sincera, el tratamiento que me ha llevado a tener una infinita consideración por esta terapia es la que se está aplicando a enfermos de cáncer. Una práctica que hoy se ha institucionalizado, al punto de que varios hospitales públicos de España, Israel, Francia, Inglaterra o Estados Unidos cuentan con equipos de reikistas, que sirven como complemento en unidades oncológicas.
El objetivo del Reiki en un enfermo oncológico, no es eliminar el cáncer, sino lograr el equilibrio necesario en el paciente para que pueda obtener la fortaleza que le permita sobrellevar su tratamiento de quimioterapia.
Considero que las enfermedades también tienen un componente emocional, producidas por un desequilibrio del ser. Y la experiencia me ha demostrado que, para obtener una solución, de ser posible definitiva, debe abordarse al hombre en todos su aspectos; psicólogico, fisiológico y social, a fin de indagar en su origen y no solo combatir el síntoma.
Si atendemos sólo a la cuestión físico-patológica, y obviamos o descuidamos el apoyo psíquico-emocional, al tratamiento le estaría faltando algo; sería como una silla a la que le falta una pata. Esa pata podría ser el Reiki o la terapia alternativa que más se ajuste a su caso.
Debido a la divulgación y eficacia comprobada de estas terapias, se están integrando al sistema médico tradicional, están conviviendo con él, y lo están complementando. La práctica y la experiencia, al igual que la globalización, están uniendo a Oriente y a Occidente, a la alopatía con la homeopatía.
Este concepto, el de la complementariedad, lo han comprendido de manera envidiable los chinos, quienes han sumado la medicina más moderna y convencional a su ya legendaria medicina tradicional.
El mundo va evolucionando, y permanentemente surgen nuevas posibilidades de mejorar la calidad de vida de las personas. Pero debemos ser lo suficientemente amplios y humildes como para reconocer en otras terapias elementos positivos y curativos, evitando egoísmos e inútiles competencias.
Deberíamos, desde una posición abierta y sin prejuicios, pensar en que juntos podemos ser más eficientes; en que otras prácticas pueden complementar o ayudar a la que yo practico, y que tal vez haya en ella cosas positivas para aprovechar.
El camino es, por lo tanto, la convivencia, la complementariedad, la colaboración, la maximización de recursos y posibilidades, pensando siempre –y por sobre todas las cosas- en el objetivo último y final de toda terapia: el bienestar del ser humano.